Autora: Belén Martínez-Herrera
A pesar de ser la forma natural de alimentar a los bebés, el inicio de la lactancia puede no ser fácil y en algunos casos las dificultades o los problemas de lactancia pueden hacerla especialmente difícil. Es verdad que los recién nacidos nacen con los reflejos instintivos necesarios para amamantarse y también que casi todas las madres pueden producir toda la leche que sus bebés necesitan si ofrecen el pecho con frecuencia y a la demanda. Sin embargo en ocasiones las intervenciones que se realizan al nacimiento, las circunstancias, las características anatómicas y funcionales de cada madre y de cada bebé pueden dificultar el inicio y la instauración de la lactancia. De hecho, seguro que conoceréis a madres que deseaban amamantar pero tuvieron una lactancia tan difícil o dolorosa que optaron por abandonarla. También a madres que a pesar de soportar el dolor, de tener a su bebé "todo el día colgado al pecho" y de acudir con mucha frecuencia al pediatra o a la matrona, sus bebes no ganaban peso y se fueron quedando progresivamente sin leche, incluso algunas tuvieron que oír que "su leche no era buena o no alimentaba". Posiblemente en muchos casos no contaron con la ayuda necesaria y no se realizó un abordaje adecuado de su problema de lactancia.
Para poder solucionar de forma eficaz los problemas de lactancia y evitar complicaciones posteriores y destetes precoces, es importante contar con el apoyo de un profesional capacitado para hacer una valoración adecuada de la lactancia, identificar la causa de las dificultades y reconducirlas. Siempre será necesario hacer una buena historia clínica, observar una toma y valorar a la madre y al bebé.
Los problemas de lactancia más frecuentes: el dolor, las grietas, las dificultades con el agarre, los bebés que se duermen en las tomas, que no quedan satisfechos o no ganan peso adecuadamente, suelen tener una causa que en la mayoría de los casos puede solucionarse satisfactoriamente. Las pezoneras, el control de peso rutinario o los suplementos de biberón no solucionan los problemas. Pueden ser necesarios transitoriamente, pero si queremos evitar complicaciones posteriores, como mastitis, hipogalactia, etc... siempre deben de ir acompañados de las medidas adecuadas para solucionar las dificultades.
Durante la lactancia la madre y el bebé forman una unidad funcional y la causa de las dificultades puede estar en la madre, en el bebé o en el agarre (acoplamiento entre el pecho y la boca del bebé). Es frecuente que las madres se sientan culpables y piensen que el problema es suyo porque no son capaces de colocar bien al bebé o de producir toda la leche que necesita. Sin embargo en muchos casos es el bebé el que tiene las dificultades y no es capaz de conseguir un agarre eficaz y alimentarse adecuadamente. Las causas pueden ser variadas, inmadurez, anquiloglosia, retrognatia, disfunción motora oral etc... En estos casos la madre y el bebé necesitan apoyo y tiempo (unos dias) para reconducir la lactancia. Es importante que la madre entienda cual es el problema y enseñarle cómo ayudar a su hijo a mejorar la eficacia de las tomas y a mantener la lactancia extrayéndose la leche si fuese necesario hasta que consiga realizar tomas eficaces.
RECUERDA:
La lactancia materna debe ser una experiencia gratificante para la madre y para el bebé
Casi todas las madres pueden amamantar a sus hijos si lo desean y cuentan con el apoyo necesario
Esperar no resuelve los problemas, cuanto antes se abordan más facil es reconducirlos
En ocasiones puede ser necesaria la valoración y el apoyo de un profesional experto en lactancia
En los momentos difíciles, la frustración, el dolor y el cansancio, unido a la preocupación por si el bebé estará tomando suficiente y los posibles comentarios de las personas más próximas, pueden hacer a la madre plantearse la decisión de abandonar la lactancia. La inhibición de la lactancia con fármacos (cabergolina) es una forma de destete brusca, difícil de revertir y que no esta exenta de efectos secundarios, además puede ser emocionalmente muy traumática. Existen alternativas como la lactancia parcial (ofrecer suplementos a demanda de la madre o del bebé) o la lactancia diferida (extraerse la leche y ofrecersela al bebé) que son reversibles, y además os permitirían buscar ayuda para solucionar los problemas y reconducir la lactancia, o replantearos la posibilidad del destete respetuoso y adaptado a vuestras necesidades en un momento de más calma y serenidad.