Me chirría ver como se representan los permisos de maternidad. Dos biberones, uno rosita para el permiso maternal y otro azulito para el paternal. Por la imagen parece que la alimentación y el tipo de crianza viene impuesto. Creo que cada familia debería poder decidir cual es su mejor opción. No es lo mismo ser madre que padre y como muchos sabemos tampoco es lo mismo dar el pecho que dar el biberón.
Como dice Patricia Merino Murga, autora de "Maternidad, Igualdad y Fraternidad": Un ejemplo de esta confusión son los Permisos Iguales e Intransferibles (PII), una política cuya lógica interna recoge la idea de la maternidad como maldición y la del empleo como una bendición. Su diseño considera la maternidad como un hándicap, una minusvalía de cara al mundo que se manifiesta en la deficiente posición de las mujeres en el mercado laboral. "Los Permisos Iguales e Intransferibles no pueden poner coto al capitalismo y mucho menos desmontar el patriarcado; no nos orientan hacia un sistema más justo, más sensible y sostenible, sino todo lo contrario, avanzan por la senda de las exigencias del capital. Fueron diseñados pensando exclusivamente en el empleo, no en las madres, ni en las criaturas, ni en lo que la maternidad es como experiencia y como diferencia entre los sexos. Las mujeres solo vamos a ser reconocidas como iguales cuando la maternidad sea reconocida como una aportación imprescindible, fundacional y extremadamente valiosa para la sociedad
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