Autora: Belén Martínez-Herrera
La lactancia materna es mucho mas que un alimento y tiene importantes beneficios para la salud física y mental de la madre y del bebe.
La neurociencia ha demostrado que la lactancia materna modula el desarrollo cerebral del bebe y tiene efectos importantes en la salud mental de la madre y del bebé. Sabemos que amamantar intensifica los sentimientos maternos, facilita el comportamiento maternal y favorece el establecimiento del vinculo. Podemos decir que hace que la experiencia cotidiana de la maternidad sea más tolerable y aumenta las posibilidades de que los bebés presenten un apego seguro. También sabemos que gran parte del desarrollo cerebral del bebé se produce desde el nacimiento hasta los dos años y que la alimentación y las experiencias vividas durante este periodo son muy importantes ya que van a modular su desarrollo cerebral. A través de imágenes de Resonancia Magnética Cerebral se ha podido demostrar que los bebés amamantados tienen mejor desarrollo cerebral en las áreas de la sustancia blanca relacionadas con el lenguaje, las funciones emocionales y las cognitivas y que estos resultados se correlacionan con mejores resultados en los test de inteligencia en edades posteriores. (S. Deoni. Brown University. Neroimage, June 6, 2013)
"En un estudio de 2.900 madres y lactantes, se asoció la lactancia materna durante un año con una mejor salud mental infantil en todas las edades hasta los 14 años (Oddy et al., 2009). También se observó una asociación entre una mayor duración de la lactancia materna con una mejor salud mental infantil para cada aspecto de la evaluación"
Durante años se pensó que la lactancia materna era un factor de riesgo para la depresión posparto, pero en la actualidad, existen pruebas que indican que la lactancia materna es un factor protector de la salud mental de la madre y que las madres que amamantan exclusivamente tienen un menor riesgo de depresión. (Dennis & McQueen, 2009; Groer y Davis, 2006; Kendall-Tackett, Cong y Hale, 2011). Ademas a lactancia materna protege a los bebés de los efectos nocivos de la depresión de sus madres (Jones, McFall y Diego, 2004). La razón de este hallazgo se deriva de la capacidad de respuesta materna. Las madres deprimidas tienen disminuida su capacidad de respuesta, tienden a cortar el contacto con sus bebés y no responden a sus señales. Los investigadores descubrieron que las madres deprimidas y que daban el pecho no se separaban de sus bebés. No podían. Las madres lactantes miraban, tocaban y mantenían el contacto visual con sus bebés más que las madres que no amamantaban. Y eso fue suficiente para marcar la diferencia". Cuando las madres responden consecuentemente a las señales de sus bebés, están estableciendo el escenario para una resiliencia permanente en sus hijos.
Encontrareis mas información en la revisión de la doctora Kathleen Kendall-Tackett, psicóloga clínica y consultora de lactancia IBCLC, publicada en crianza natural: http://www.crianzanatural.com/art/art295.html